Con el culo limpiecito
A veces la realidad reta al arte, lo sobrepasa, lo deja pálido. He visto miles de veces en teatro y en películas, arranques de malacrianza, erupciones de histeria, arrebatos de ira y otras extravagancias de las almas atormentadas por el ego, pero nunca, jamás en mi vida, una tan patética, como la del cocinero, que creyó haber inventado el agua tibia, bautizando a su cocina de molecular (como si las caraotas con queso o las empanadas de cazón no tuvieran moléculas), insultando a diestra y siniestra, asesinando al idioma castellano y a su propia dignidad.
A sus “enemigos” les dijo mediocres, envidiosos, bolsas, injustos y marihuaneros, a los que saben mas que él, mas por viejos que por diablos, les dijo “momias” (lo cual me recuerda a mi adolescencia, cuando creía que todos los “viejos” padecían la peste de la ignorancia, la mentalidad caduca y la resistencia al cambio, afortunadamente, la adolescencia se me pasó), a los cocineros anónimos nos deseó la suerte de un papel higiénico y a toda Venezuela la llamó “País de eunucos”, lo cual se contradice con este boom de crecimiento poblacional que parece no detenerse.
Come pasta con salsa de tomate en su restaurante, y no lo culpo, vivir de aires, espumas, rissottos líquidos e ironías debe hacer mal a la salud, envenenarse con sus propios sentimientos de ira, también. Yo me pregunto luego de ejercer la cocina durante 7 años, como un ego puede resistir tanto a la tiranía cruel de una cocina, Como puede resistirse a tanto calor, cansancio, horas de pié, aceite caliente, esfuerzo físico, cortaduras, quemaduras, sangre, vísceras, proveedores impuntuales, y, para colmo, un club de anti fans.
Los pioneros siempre confrontan la resistencia del público a aceptar cosas nuevas, eso es cierto, pero, hoy a esto se añade el hecho de que estas cosas nuevas pretenden ser sustentadas sobre la descalificación de las viejas, los insultos a quienes no estén de acuerdo y aplaudan incondicionalmente, y las ofensas a quienes estuvieron aquí mucho antes si quiera que nuestro personaje aprendiera a comer por si mismo, y también a quienes llegamos después. Qué le pasa a la gente que no sabe lo que es debatir? Contraponer opiniones sin volver las propuestas ofensas personales? Por que hay tan poca resistencia a la crítica y a las observaciones? Por que responden a consideraciones perfectamente válidas con insultos y agresiones? Las respuestas más inmediatas que se me ocurren son la pequeñez y la inseguridad.
Eduardo… Cariño… Quiero decirte con todo el corazón… Que va a ser un poco difícil cumplir tu sueño de limpiarte con nuestras caras, de la manera que tú mismo te ensucias en tu propia porquería, lo que te sale es darte un baño de sensatez con creolina, así quedarás con el culo limpiecito.
Corina Benavides
Cocinera Venezolana
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